viernes, 29 de marzo de 2013

¿Qué es el amor?

1 Corintios 13: 4-8 (RVR60)


4 - El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece
5 - no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor
6 - no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad.
7 - Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta
8 El amor nunca deja de ser…
  • Es sufrido: También traducido como paciente. Se refiere a tolerar y comprender las faltas y debilidades de los otros; a no irritarse ni enojarse sino permanecer tranquilo ante ciertas situaciones; a no ser precipitados.
  • Es benigno: Lo cual se relaciona con ser amable y dulce, actuando de manera comprensiva y con sensibilidad, anhelando hacer el bien, y siendo suave en la Conversación y el trato.
  • No tiene envidia: Envidiar significa desear algo que otros tienen, y por ende manifestar sentimientos desagradables hacia ellos. Este sentimiento –la envidia– causa luchas y divisiones, lo cual es completamente contrario a lo que Dios nos enseña: el amor y la unidad.
  • No es jactancioso: Es decir, una persona que ama sinceramente no se vanagloria a sí misma ni a sus obras, no tiene un alto concepto propio ni confianza excesiva, sino que es humilde, reconociendo a Dios como dador de la vida, de los dones y de las virtudes.
  • No se envanece: Significa que, quien de verdad siente amor, no es vanidoso ni soberbio ni arrogante ni presumido, no se da importancia ni busca halagos.
  • No hace nada indebido: Quien tiene amor actúa con cortesía, de manera honrada, con respeto, con honestidad, con corrección, cuidando no herir a los demás por actuar impulsivamente sino más bien evitando aquello que pueda causar sufrimiento al prójimo.
El amor va acompañado de la razón, es más que un sentimiento o una emoción, ya que tiene en cuenta los sentimientos y la sensibilidad de los otros.
  • No busca lo suyo: Aquel que ama no es egoísta, no se pone en primer lugar, no busca su propio bien. El verdadero amor antepone al prójimo, procurando su bienestar y felicidad, cuidándolo. Quien siente el amor desinteresado de Dios, desea hacer la voluntad de éste.
  • No se irrita: Las diversas situaciones no causarán ira, disgusto ni impaciencia a aquellos cuyo amor es auténtico. Tampoco se llenarán de resentimiento ni se enojarán fácilmente sino que las afrontarán con amabilidad, bondad y tranquilidad.
  • No guarda rencor: Es decir que no toma en cuenta el mal que ha sido hecho, no atribuye a alguien sus problemas ni es duro en el trato. Intenta comprender de la mejor manera posible el comportamiento de otros.
  • No se goza de la injusticia: Significa no sentir satisfacción por los defectos de otros, por sus pecados o errores, por su mal proceder, por su culpabilidad ante una circunstancia, por su castigo. El amor procura ayudar al prójimo, tanto a amigos como a enemigos. Más se goza de la verdad… Contrastando con injusticia, se nos deja claro que el amor se complace ante las virtudes, el progreso y la felicidad de otros. El amor es justo y bondadoso.
  • Todo lo sufre: Tolera las faltas de otros, no examina sus debilidades.
  • Todo lo cree: Interpreta la conducta ajena como mejor puede, sin creer cualquier cosa (en especial cuando se trata de aquellas que perjudican a alguien) a menos que haya evidencias. El amor en relación con Dios cree lo que la voluntad divina le revela al hombre, lo acepta y obedece con gratitud.
  • Todo lo espera: Tiene la esperanza de que, a pesar de las apariencias y motivos que lleven a dudar de la sinceridad de otros, todo tendrá un buen final. Posee fe en el prójimo, volviéndose defensor de la causa ajena, aun frente a la oposición. El amor se basa en la confianza, y esta confianza descansa finalmente en Dios. Por eso el amor está dispuesto a hacer frente al ridículo, la lucha y el desprecio en defensa de otros, pues confía que a su debido tiempo será enaltecida la verdad.
  • Todo lo soporta: Las dificultades, las injurias, las pruebas, las persecuciones, los ataques, son soportados con la paciencia y comprensión del que ama.
  • “El amor nunca deja de ser…” Dios es amor, su ley está fundamentada en amor. Dios es eterno e inmutable, no cambia. El verdadero amor no muere.
¿Cómo, entonces, se resuelve esta paradoja de los dos énfasis teológicos, fe y bondad?
Por el amor. El amor mantiene la tensión en equilibrio.
El amor es el “vínculo perfecto” (Colosenses 3:14)

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