viernes, 13 de septiembre de 2013

El perdón

Lucas 17: 3-4
3 Mirad por vosotros mismos. Si tu hermano pecare contra ti, repréndele; y si se arrepintiere, perdónale.
4 Y si siete veces al día pecare contra ti, y siete veces al día volviere a ti, diciendo: Me arrepiento; perdónale.

 ¿Qué es el perdón?
Según el Diccionario de la RAE

·         Remisión de la pena merecida, de la ofensa recibida o de alguna deuda u obligación pendiente.
·         Remisión: Perdón de una culpa o condena que priva de libertad a una persona.

Según un Diccionario Teológico

Hay tres términos heb. En el AT que traducen perdón:
(a) «kaphar», «cubrir». Este término se traduce también «expiación».
(b) «Nasa», llevar, quitar (culpa). Fue usada por los hermanos de José cuando le pidieron que les perdonara (Gn. 50:17; Dios la usa al proclamar que Él es un Dios «que perdona la iniquidad la rebelión y el pecado»: Nm. 14:18) y al describir la bienaventuranza del hombre, «cuya transgresión ha sido perdonada, cubierto su pecado» (Sal. 32:1).
(c) «Salach», se usa sólo del perdón que da Dios. Se emplea con referencia al perdón relacionado con los sacrificios: «obtendrán perdón (Lv. 4:20, 26), «será perdonado (Lv. 4:31, 35; 5:10, 13, 16, 18, etc.). Aparece en la oración de Salomón en la dedicación del Templo (1 R. 8:30, 34, 36, 39, 50). También en el Sal. 103; Jer. 31:34; 36:3; Dn. 9:19.
En el NT se usan varios términos:
(a) «aphesis», «enviar de, liberar, remitir», que se traduce en varias ocasiones «remisión».
(b) «Aphiêmi» se traduce «perdonar» que además de «despedir», «entregar», «remitir», se traduce también por el verbo «perdonar».
(c) «Apoluõ», que además de significar «dejar», «despedir», etc., se traduce también «perdonar».
(d) «Pheidomai», «dejar», «escatimar», se traduce también como «ser indulgente» y «perdonar».
(e) «Charizomai» se traduce, en varias ocasiones, como «perdonar» (entregar, dar, conceder, dar gratuitamente). Todas estas palabras se aplican al perdón concedido por Dios, así como al dado por una persona a otra.

Hay varios aspectos del perdón que nos son presentados en las Escrituras:
- La mente y el pensamiento de Dios mismo hacia el pecador al que Él perdona. Sobre la base del sacrificio de Cristo, Dios no sólo deja de considerar culpables a aquellos que tienen fe en la sangre de Cristo, sino que además les concede Su favor. «Nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones» (He. 10:17). Así, todo sentido de imputación de pecado desaparece de la mente de Dios. «Dios también os perdonó a vosotros en Cristo» («echarisato», perdonado en gracia; Ef. 4:32). Igualmente en el AT: «Yo sanaré su rebelión, los amaré de pura gracia» (Os. 14:4).
- El culpable es liberado, perdonado. «Para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados» (Hch. 26:18). «Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones» (Sal. 103:12). Esto es cierto de todos los cristianos: que sus pecados les han sido perdonados. Hay otro concepto incluido en el perdón de los pecados, esto es, que al tener redención en Cristo, lo que introduce al creyente a un nuevo estado, se olvida todo el pasado de culpa, y es eliminado de él, de manera que no hay obstáculo alguno para el goce de aquello a lo que introduce la redención.
El principio general en cuanto al perdón aparece en 1 Jn. 1:9: «Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad». Ello involucra honestidad de corazón, tanto si se trata de un pecador que acude por vez primera a Dios, o de uno que ya es hijo de Dios, y que ha contristado el corazón del Padre al pecar. Los dos aspectos anteriormente mencionados se dan también aquí. La fidelidad y justicia de Dios en perdonar, y nuestra purificación de toda injusticia. Dios es fiel a Su propio carácter de gracia revelado en Su Hijo, y justo por medio de la propiciación que Él ha hecho.
- Hay también el perdón «gubernamental» en relación con el gobierno de Dios aquí en la tierra en el tiempo, tanto por parte de Dios como entre los mismos creyentes, unos a otros (Is. 40:1-2; Stg. 5:15-16; 1 Jn. 5:16). Somos llamados a perdonarnos unos a otros; si nos entregamos a un espíritu duro e implacable, no debemos esperar que nuestro Padre nos perdone en Sus tratos en gobierno (Mt. 6:14, 15).

Existen 3 categorías en las cuales debemos pedir perdón y en 2 de ellas debemos perdonar también:
1.     Tu mismo
2.     Las personas a tu alrededor: Mateo 18:21-22 “Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿Cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿hasta siete? Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.”
Antes de traer ofrenda a Dios debemos haber perdonado Mateo 5:23-24 “Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda.”

¿Qué debo hacer?
En primer lugar, reconoce que te equivocaste. Esa es la primera etapa, tal vez te parecerá difícil reconocer que ofendiste, lastimaste, fastidiaste a una persona pero cuando lo haces, créame mi querido amigo(a) la manera de pensar cambia y el corazón reafirma lo que su razón grita a voces.
Reconozca que se equivocó, en estos momentos, no espere más de lo contrario terminará ignorando su mala acción y se acostumbrará a vivir así.
Luego
Después de haber reconocido su error para usted mismo, es hora que lo reconozca delante de aquella persona que usted ofendió.
No tenga miedo
Reconocer los errores e ir a pedir perdón es de hombres, mujeres de valor, íntegros. No crea que va hacer el ridículo, al contrario mi querido hermano(a) usted hará un acto tan noble como admirable. No es fácil pedir perdón porque nuestra naturaleza humana tiende a ser orgullosa e incluso egocéntrica. Pero acaso ¿No cree es tiempo de dejar todo eso atrás?
Sonría
Sí, no le estoy haciendo una broma cuando le digo que sonría cuando vaya a pedir perdón. La sonrisa que emita será una cálida, sincera, llena de arrepentimiento y mansedumbre y la persona a la que usted le pedirá perdón lo sentirá.
Si recibe reproches
Imaginemos que aquella persona a la cual usted ofendió y por la cual usted se encuentra frente a ella para pedir perdón, lo trata mal y empieza a reprocharle. Por favor, escuche todo lo que esa persona le diga, no se moleste, exalte ni crea que usted se está degradando por escucharla.
Recuerde que toda acción trae una reacción. No se desanime, ya que todo ello le servirá para su propia experiencia. Recuerde también que de los errores se aprende y en las manos de Dios, todos absolutamente todos nuestros errores tienen un propósito bueno.
Además, todos aquellos reproches que usted reciba no serán nada más y nada menos que los restos de una herida que ya está próxima a sanar gracias a la decisión de usted de ir a pedir perdón.
Abra su corazón
Cuando abrimos nuestro corazón las estrellas brillan, el sol sonríe y las gotitas de lluvia saben a miel. Dese la oportunidad de mostrar lo que en ese hermoso corazón existe. Además, si usted ha ido a pedir perdón, reconocer una falta es porque definitivamente ese corazón está cobrando una forma divinamente hermosa. Hable con la verdad y con un corazón lleno de autenticidad.
Hable con Dios
Antes de abrir la puerta de su casa, coger sus llaves, tomar el bus o conducir su auto en dirección a la casa de aquella persona, por favor ore, hable con nuestro padre celestial y dígale las intenciones de su corazón, aunque él ya lo sabe necesita escucharlo decir de los labios de su hermosa creación, usted.
Hágalo parte de sus planes, permita que él lo dirija en cada palabra que le diga a dicha personita que al igual que usted también se encontrará nervioso(a).

3.   Dios: 1 Juan 1:9 “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.” Isaías 1:18 “Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.” Isaías 43:25 “Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados.”


Juan 8:2-11 (La mujer adúltera)

Primero: Todos estamos propensos a fallar, por lo cual no deberíamos juzgar duramente a los que lo hacen, ni tampoco deberíamos ser duros con nosotros mismos. Tampoco hablo de sentirse bien por hacer el mal, porque entonces Dios no habitaría en tu vida, una persona nacida de nuevo nunca sentirá placer de pecar, al contrario, sentirá tristeza, vergüenza y dolor en su corazón por haberle fallado a Dios.
Segundo: Dios no acusa y tampoco condena, a pesar que Jesús era el único digno de tomar una piedra y lanzarla a la mujer, decidió no hacerlo, decidió perdonar. Y es que Jesús siempre tendrá como primera opción para nuestra vida PERDONARNOS, entonces, partiendo de esto: ¿Por qué no buscamos su perdón?, la mayoría de personas al fallarle a Dios sienten que ya no son dignos de Él y prefieren, en muchos casos, alejarse totalmente de Dios en lugar de buscar su perdón. Aunque para los más duros y religiosos esto sea duro de asimilar, tenemos que entender que no importa cuántas veces le pidamos perdón a Dios, Él siempre estará dispuesto a perdonarnos, eso sí, mientras halla oportunidad.
Tercero: La voluntad de Dios al perdonarnos es que no volvamos a lo mismo: “Ella le respondió: —Así es, Señor. Nadie me ha condenado. Jesús le dijo: —Tampoco yo te condeno. Puedes irte, pero no vuelvas a pecar.” Juan 8:11 (Traducción en lenguaje actual).Cuando Dios nos perdona lo hace con el propósito que podamos ir y vivir de una manera diferente para no volver a cometer los mismos errores, pero por si en alguna ocasión los volvemos a cometer, no significa que Dios te desechara, se cansara de ti o te dará la espalda.

¿Qué necesitas para recibir el perdón de Dios?
1 Juan 1:9; 2:1
1.      Reconocer tu error o que pecaste, tener conciencia pura de que lo que hiciste estuvo mal.
2.      Estar arrepentido genuinamente por lo que hiciste, es decir no querer repetir ese error.

3.      Pedir perdón a Dios, quien te lo otorgara enseguida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario